woman, model, cocktail

La última cerveza

Introducción: La mente del ser humano es indescriptible. Nunca sabremos qué hay dentro y mucho menos cómo va a actuar. En nuestra comprensión del mundo y como debemos de hacer las cosas, jamás entenderemos a alguien que piensa que hace lo correcto, cuando para nosotros es una auténtica locura. ¿Deberíamos de pararnos y ponernos en los zapatos de los demás? o ¿Seguimos cómodos en nuestra mente y seguridad? Sin embargo, si fuéramos nosotros quienes pensamos que nuestras actuaciones son las correctas ¿Seríamos capaces de hacer que el resto del mundo pudiera entendernos?

Este es el caso de la protagonista del relato de hoy. Espero que os guste. Deseando leer vuestros comentarios.

Os dejo con:

 

La última cerveza

Eran las doce de la mañana cuando ella deambulaba por la casa inquieta. No entraba ningún rayo de sol a pesar de ser verano. Hoy, el día ha amanecido triste y lo notaba. La duda era quedarse en casa y seguir como siempre o salir en busca de algo mejor de lo que ya tenía. Decisión final: cogió sus llaves, encendió un cigarro y se marchó.

Ya en la calle, se disponía a dar un paseo, pero estaba confusa. «¿Ahora qué? No me gusta la idea de quedarme por esta zona, me conocen demasiado. ¿Y si me voy al área de la iglesia de los apóstoles de Dios?».

Mientras pensaba qué dirección  tomar, una mujer de mediana edad al pasar por su lado, la rozó. Arrastraba un carrito de la compra. Eso sí, la llamó mucho la atención lo moderno que era a pesar de su edad. Seguramente ha sido un regalo de su hija. ―dijo en voz baja. La seguía con la mirada mientras soltó un minúsculo soplido “ni de coña, necesito algo mejor y sentirme una diva”

Anduvo tres calles y no notaba ese feeling para tomar la decisión. Al final, tendría que conformarse con la del mes, pero no quería.

Tras horas y horas de búsqueda, y sin apenas encontrar nada interesante, decidió regresar a su casa, pero una cosa sí que tenía claro: el plan seguiría adelante.

Hoy era miércoles y le tocaba ir a la asociación. Loli desde hace nueve meses, es voluntaria en la asociación de la casa del apoyo a familias del barrio. Su función principal es  recibirles y hacerles una entrevista personal. Una vez terminada, les da cita con el departamento correspondiente o les deriva a otras asociaciones, todo depende de la problemática.

Hace quince días la llamó la atención una de las familias que acudieron. Eran cinco en la familia. El matrimonio y tres chiquillos con edades comprendidas entre dos y cinco años. Ella se apuntó en su libreta personal el teléfono y la dirección de esa familia. Hasta ese día, de todas las que habían pasado por allí, eran sus favoritos.

Al salir de la asociación con dirección a su casa, se fijó en una mujer que iba con tres niños. Le resultaba familiar, por lo que decidió acercarse. Tenía la necesidad imperiosa de sentir ese feeling y triunfar ese día. Lo necesitaba.

Estaban parados en el paso de cebra para cruzar la calle. Un coche paró, y ellos comenzaron a andar. Justo en la mitad, el pequeño que iba en un carrito muy austero, tiró al suelo un muñequito que llevaba. El mayor al ver cómo se paró y lo recogió. Al incorporarse, se topó con la sonrisa de Loli.

La madre, al ver que su hijo mediano se paraba en la mitad de la carretera, se puso nerviosa y tiró de él, tanto que el niño soltó un grito. La madre escucha el sonido que produjo la voz del mediano, miró a su alrededor y ambas mujeres se miraron.

«Bingo» se dijo internamente. Cuando el destino se empeña en que sean ellos, será por algo. Era la familia que había elegido.

Ya en la acera y menos nerviosa, ambas mujeres se reconocieron y entablaron una conversación.

A los veinte minutos, los cinco ya estaban en el salón de la familia. Comenzó por el mayor y una vez terminado, pasó al mediano. Disfrutaba mucho de sus hazañas. Para no perder la costumbre, ella seguía el mismo ritual. Era muy fiel a los sentimientos que sentía por esas personas e iba paso a paso, disfrutaba cada momento con verdadera pasión.

La madre estaba en shock. No hablaba apenas y tampoco lloraba. Sin embargo, fue capaz de decir unas palabras:

―Déjale vivir, por fav…

Antes de que terminara la palabra, sintió en su garganta el frío filo del cuchillo. Segundos después, había pasado a la nueva vida con sus otros hijos.

Con la misma frialdad que cometió los tres asesinatos, se dirigió al cuerpo de la mujer que aun yacía caliente en el suelo y le dijo:

―Ahora ya no sufrirás más por el dinero. El hombre de la casa a partir de este preciso instante, no tendrá que alimentar a cuatro bocas, solo a una.  Sentiros afortunados de haber sido los elegidos del mes. ¡Adiós sufrimiento! —rio como el puro Joker.

Lo que más le hacía disfrutar sin duda, era el momento de ser degollados e impregnarse con la sangre de sus víctimas. Ese placer era absolutamente incontrolable y lo necesitaba en su vida.  

Se fue al baño y se dio una ducha como hacía habitualmente. Tras limpiar sus huellas abandonó la casa de las víctimas como si no hubiera ocurrido nada. Al abrir la puerta del portal, los rayos de sol la iluminaron. Cerró los ojos y volvió a sentir que había hecho la acción del día. «No hay necesidad de sufrir… ¡Qué poca gente entenderá esto…!»

Cuando comprobó el móvil de la víctima durante la limpieza, pudo ver como la mujer le había mandado un WhatsApp a su marido donde le escribió:

Ha venido Loli, la chica de la asociación donde nos van a ayudar y trae noticias para nosotros. ¡Por fin, todo va a cambiar!

Antes de subir a su casa, se metió en el bar de siempre y siguió con lo estipulado.

—¿Puedes ponerme mi cerveza? —miró al camarero muy seria.

Una hora más tarde escuchó su nombre en una voz desconocida

—¿Loli Galeano?

Ella se giró y al ver que era la policía pidió al camarero su última cerveza. Se la bebió de un trago. Según dejó el vaso en la barra se bajó de la banqueta. Y, ya cara a cara con los policías, los retó con una larga sonrisa.

—Eran las víctimas 21, 22 y 23. Llegan excesivamente tarde.

Gilda FLawan

28 comentarios en “La última cerveza”

  1. La frialdad de esta protagonista es causada por algo almacenado en su interior. A veces el ser humano no sabe el motivo de sus actos. Buen relato Gilda.

  2. Buf!
    Una mala persona creyendose ser buen samaritano…
    A veces lo increíble y real supera la ficción.
    Buen relato, como siempre un giro repentino cambia todo lo que me imaginaba. Genial y sorprendente.

  3. Hola Gilda, me ha recordado una serie que me encantaba que se llamaba Dexter.. él era un forense que pensaba también hacía lo correcto. Siempre me preguntaba lo mismo que tú en tu introducción y que la mente humana es eso.. indescriptible..
    De todos modos a la espera del to be continued porque tu eres muy impredecible..
    Enhorabuena por esos relatos que te hacen pensar 😘😘

  4. Glup!! Vaya pajarraca Loli… se los ha cargado… Me he quedado helada… Qué mente más enfermiza, qué manera de acabar con el sufrimiento de una familia. Un sufrimiento que desemboca ahora en otro…
    Tremendo!! Gracias una vez más Gilda. Lo he «disfrutado/sentido» de principio a fin.

  5. Este relato es sin duda de los mejores y distinto Gilda, no sólo habla de una asesina en serie, sino de una persona diferente con una mente diferente y convencida de que ha encontrado su motivo de vida en buscar a sus víctimas y jugar a ser su salvadora, sin sentir nada diferente a estar segura de que hace lo correcto y es su sino.
    Una mente mucho más peligrosa sin duda que la de un vulgar asesino. Sólo vive y encuentra su motivo de vida en esto y para esto.
    Un relato increible y estremecedor sin duda Gilda. Me ha encantado.

  6. Pues sí, la policía llegó tarde. Esta Loli es no es una loquita cualquiera, ni con el mejor de los argumentos se justifica el privar de la vida a un ser humano.
    Tú Gilda, tienes mucho en esa cabeza, eres una gran creadora. Gracias.

  7. Madre mía!!!!!!! ,que giró más brutal 🙄…… eso si te engancha sea la hora que sea , pero vaya con la Loli !!!!!!!! Y digo yo …..en vez de llegar a ese final tan trágico….. no es mejor no tener tantos hijos ??? …para que no hayan más lolis🤔….. bueno.. no se como es tan tarde , igual ya no razono bien ….
    Un abrazo guapisima , y no leo muy seguido , pero si voy leyendo , 👍💤💤

  8. Se me había escapado este relato por leer. ¡Y menudo relato! 😲 Im-pre-sio-nan-te. Como han comentado por aquí, es más peligroso una asesina en serie que cree que hace lo correcto, con un fin, que otra que lo hace por puro placer.
    Lo malo es que has convertido a nuestra Loli en asesina. ¡Con la cara de buena que tiene! 😁
    Bravo, compi 👏🏻👏🏻👏🏻

  9. Dios, da que pensar, eso es un relato de la vida misma, cuanto salvador desquiciado tiene que haber por el mundo, y nunca empiezan por quitarse ellos de enmedio.
    gracias Gilda.

Responder a Gilda FLawan Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Únete al boletín

Recibirás un email por semana

Con las cosas de Gilda