El descanso del alma II

INTRODUCCIÓN:

Habéis sido muchas las personas que me habéis pedido una continuidad y aquí la tenéis.  Espero conseguir de nuevo vuestras reacciones y que disfutéis como lo estoy haciendo yo.

Para los que acabáis de llegar a este cuento, «PARAD» no sigáis leyendo. Pinchad en el link y lee el primer capítulo. Link: El descanso del alma.

Ahora sí, os dejo el final del primero para que podáis recordarlo bien y daros lo que tanto me habéis pedido.

A disfrutar.

TRES

DOS

UNO

¡YA!

FINAL DE LA PRIMERA PARTE:

Sonó su móvil y vio que tenía un mensaje: Te dije que no era un juego y tú, incumpliste las normas. Ahora, ella pagará por ello.

La siguiente escena que apareció en la televisión, era de una chica de mediana edad esperando para cruzar el semáforo. Sin saber cómo, un coche la embistió  y se la llevó por delante. Cayó muerta en el asfalto. La chica, era la prima de Neus. La mayoría de los convocados se miraban sin entender nada. Casi todos se tapaban la boca y ellas lloraban. La televisión se quedó congelada sobre la chica yaciendo en el suelo y salió un mensaje: Ella no hizo caso a las normas y por ello, vosotros también sufriréis un castigo…

EL DESCANSO DEL ALMA II:

Las caras de los cuatro, tras leer el último mensaje, fueron de terror. Acababan de comprobar que no era un juego. Desde ese preciso instante entendieron que, o jugaban en equipo o sus rivales serían las personas que estaban en la habitación.

Los pulmones de los cuatro habían captado el oxígeno suficiente, para aguantar lo que estaba a punto de pasar. Desde la mesa se levantó una pantalla. Se paró a la altura de sus ojos y vieron que estaba apagada. Esta vez sí se miraron entre ellos, pero aun no conocían sus voces. Nadie se había  atrevido a hablar.

Las pantallas cobraron vida y en ellas salió el siguiente mensaje: Hora de elegir color.

Aparecieron en cada una de ellas  cinco cuadrados con los siguientes colores: naranja, verde, rojo, blanco y azul.

Con sus ojos clavados en las pantallas y con el pulso a mil por hora, justo debajo de los cinco cuadrados, apareció otro mensaje: Toca elegir. Tres, dos, uno… ¡Ya!

Emilio se decantó por el rojo. Mer y Paqui, eligieron el naranja, y Fer, no lo hizo. De nuevo retó al poder.

Tras haber elegido color, las pantallas se  bajaron igual que aparecieron. Ahora la mesa volvió  a estar intacta.

En la parte superior derecha de la pared que tenía Fernando a su espalda, apareció un reloj. Los números 00:00:00 eran de color naranja, color elegido por los asistentes.

Los corazones del resto comenzaron a galopar tan fuerte que Fernando podía escucharlos, cosa que le hizo pensar que algo iba a pasar con él, pero no le importó. Sabía que iba a ser el elegido, por eso provocó que fuera así.

La pantalla de su mesa se volvió a levantar y esta vez, sí, venía encendida y con un mensaje para él:

No debiste de hacerlo. El juego es para todos y tú no eres más que nadie. Ahora todo el grupo dependerá exclusivamente de lo que hagas. Esta vez te aconsejo que sigas las instrucciones, porque si no, tu foto saldrá en todas las televisiones del mundo. Serás el mayor asesino en serie de España.

No hará falta que te diga cuales serán las consecuencias ¿verdad? Ahora te aconsejo que por favor elijas un color… tres, dos, uno…¡Ya!

La mano de Fer, no se movía, no quería elegir color, no quería estar en ese juego, no quería nada, pero tenía que hacerlo. Primero: porque iba a terminar en la cárcel por  unos asesinatos que él no había cometido y segundo: porque la vida de tres personas a las que no conocía, dependerían de él.

Antes de que los colores desaparecieran de la pantalla, pulsó su propio color. Retiró su mano con un pequeño temblor y enseguida la tapó con la otra mano. No quería que los asistentes vieran que estaba con un poco de miedo.

La pantalla de Mer  se levanto. En ella venía un mensaje que tenía que leer en alto. Antes de hacerlo, ella carraspeó, sabía que su voz había desaparecido y con ese gesto interno, necesitaba tenerla lo más nítida posible. No quería que el resto supieran el miedo que estaba sintiendo en ese momento. Todos estaban expectantes. Mer tragó saliva tres veces seguidas y su voz se hizo camino entre los asistentes:

Lee en alto, por favor:

Como ya habéis elegido color sin saber las consecuencias que eso iba a suponeros, tengo que deciros que la persona que oiga su nombre, deberá ponerse en pie.

A todos esta vez se les notaba el miedo, no lo quisieron ocultar y mucho menos cuando estaban a punto de saber que nombre iba a decir Mer.

La persona que habéis elegido, tendrá que salir de esta habitación. Tendrá que ir en busca de vuestra compañera. Ojo, bajo ningún concepto deberá saber quién eres. Tampoco le podrá contar nada. Se las tiene que apañar como sea para traerla. Como lo haga, ya no es vuestro problema, pero tendrá que conseguirlo.

Tampoco podéis darle pistas, esa persona deberá estrujarse el coco y deberá conseguirlo. Para ello dispondrá de 3 hrs. En el momento que salga de  la sala, el reloj se pondrá en marcha.

Pero para que esas tres horas no se os hagan muy largas, el resto, tendrá el castigo que os tocó por el incumplimiento de las normas de vuestra compañera.

Ahora, por favor, que se ponga de pie: Fernando.

En la sala se comenzó a soltar suspiros de no haber escuchado sus nombres, pero esos ruidos no indicaban alegría del todo, sabían que iban  estar  muy entretenidos con el castigo, pero no les importó.

Fernando se puso de pie  como había indicado Mer en su lectura.

La televisión que tenía justo enfrente de Fer, se encendió. En ella pudo leer:

Ahora deja todas tus pertenencias en la mesa. Sal de la habitación y móntate en el taxi que te estará esperando en la puerta. Antes de irte, ¿puedes abrir tu caja?

Temblando, buscó su caja. Miró a sus compañeros y con mucho nerviosismo, comenzó a abrirla. Una vez con la tapa en su mano derecha, pudo ver un papel del mismo color que le habían asignado. Era de terciopelo, muy suave y muy fino. Como mucho sigilo, levantó el papel y poco a poco, puedo ir viendo como la cara de una persona muy conocida iba alumbrando sus ojos.

Al ver su carita, sin darse cuenta, dos lágrimas comenzaron a caer sobre sus mejillas, cayendo dentro de la caja. Era su hermana pequeña. Su debilidad, su ojito derecho, por la única persona en el mundo que haría lo que fuera necesario.

La sorpresa se la llevó, cuando al sacar la foto de su hermana, iba acompañada de otra. Nada más retirar la foto y comprobar a quién estaba viendo, el amor pasó a puro odio. Era la persona que más odiaba en el mundo y a la que mataría sin remordimientos. Esa persona era Charo.

Antes de que pudiera reaccionar, en la televisión volvió a salir otro mensaje:

Acabas de comprobar literalmente, como en cuestión de un segundo, puedes pasar del amor al odio.

Ahora te tocará elegir de nuevo: tienes que decirme quién recibirá el castigo si no lo consigues, “El amor o el odio” pero antes de pronunciarte, debes  saber lo siguiente: La persona que decidas castigar, tendrá una vida que podrás usar y dependerás exclusivamente de ella. Pero, la persona a la que protejas, automáticamente morirá. Es decir: debes de elegir bien, porque si no aciertas, las dos morirán.

Para que el resto del grupo pudiera sentir lo que estaba Fer viviendo, las pantallas de nuevo se volvieron a  situar frente a sus ojos.

Emilio, Paqui y Mer, comenzaron a llorar, al comprobar la primera foto que aparecieron en sus pantallas. Se dieron cuenta en ese momento, que el amor existe y que por esas personas lucharían hasta la muerte.

Sus miradas cambiaron, cuando otra imagen se situó a la derecha de la foto del puro amor. Ahora tenían a dos personas totalmente diferentes: “El amor y el odio”.

¿A quienes elegirán Emilio, Mer, Paquí y Fer? ¿Quiénes son esas personas? ¿Serás tú el amor o el odio?

Continuará…

Gilda FLawan

37 comentarios en “El descanso del alma II”

  1. Ayyyy pues!!! Cuando mas te emocionas… to be continued!!!
    Tuve qke volver a leer lo que iba a pasar dependiendo de la elección.. interesante y como siempre ppnes a pensar…

  2. ¿¿¿Será posible??? No sé por dónde empezar, si decirte que me ha encantado o que me has dejado con la boca abierta. Bueno, ambas. 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
    ¡Y me has metido en el juego macabro! 😮😮 Aunque me he descojonado al ver que era la persona que Fer más odiaba. ¿Me pregunto por qué? 🤔🤔
    Muy bueno, Gilda, me parece estar viendo una película tipo David Lynch, o una serie. Esto DEBE continuar, sí o sí. Así que ves estrujándote el coco para hacer más continuaciones.
    Muy bien, compañera. 😉😉

  3. Pues ya estoy metido en el ajo del todo. Ahora tendré que elegir entre mi hermana pequeña y Charo. Además consigues dosificar la historia hasta dejarla por todo lo alto y dejándome con unas ganas locas de seguir leyendo. ¿Ahora tendré que esperar hasta el año que viene para seguir leyendo? Te parecerá bonito. Enhorabuena por el texto que, aunque me estés metiendo cada vez en mayores aprietos, me está encantando.

  4. En serio George? digo… Gilda? Hay una tercera entrega? Me muero de ganas!! Y ahora, además de las cajas, entran en juego el amor y el odio… Esto se pone muy pero que muy inquietante!!
    Me quedo esperando la tercera parte. Por cierto! he tenido que cambiar las palomitas por unas zanahorias 😅.

  5. Otra vez con la intriga de saber que va a ocurrir..Nos dejas con ganas de más..Pues nada hasta la próxima entrega. A ver qué sorpresas les depara el destino a estos enigmáticos personajes…😩

  6. Muy interesante leer las reacciones humanas al límite. Me recuerda a una película que se llamaba “The box”. Ahora a esperar al desenlace. Muy entretenido. Gracias Gilda

  7. Después de encontrar un rato para mi con Gilda, que esta semana no encontraba el momento, sigues sorprendiendo, no sé cómo lo haces, pero no quiero que termine, eso es lo que consigues, que todos queramos más, sigue así, eres genial😘😘😘😘

  8. De verdad como eres Gilda….. nos dejas súper intrigados , en estos momentos ,son las 4,20de la madrugada y nos si me podré dormir , ..pensando que pasara ,con todos ,me voy morder las uñas ,cosa ,que no he hecho nunca igual, empiezo hoy 🤣🤣🤣🤣

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